Cómo cuidar el césped en Valencia

Hola, soy Sebas, jardinero aquí en Valencia, y hoy quiero contaros cómo cuidar bien el césped en nuestra tierra. Muchos clientes me preguntan si merece la pena tener césped natural con el calor que hace, y la respuesta es sí, pero con matices. El clima mediterráneo, con veranos largos y secos e inviernos suaves, permite tener un césped bonito casi todo el año, siempre que se elija bien la variedad y se mantenga como toca.

Os explico paso a paso cómo lo trabajo yo, para que podáis disfrutar de una alfombra verde en casa sin que se convierta en un quebradero de cabeza.

1. Elegir el tipo de césped adecuado

Lo primero y más importante es escoger la variedad correcta. No todos los céspedes valen para Valencia. Aquí, lo ideal son especies resistentes a la sequía y al sol fuerte.

Las que mejor me funcionan son:

  • Grama fina (Cynodon dactylon): muy resistente, aguanta bien el calor y necesita poco agua. Eso sí, en invierno amarillea un poco.
  • Bermuda híbrida: parecida a la grama pero más densa y estética. Perfecta si queréis un acabado más fino.
  • Festuca arundinacea: si tenéis zonas con algo de sombra, esta variedad aguanta mejor, aunque necesita más agua que las anteriores.

Si vais a sembrar desde cero o cambiar el césped, os puedo ayudar a elegir la mejor opción según la orientación, el uso y el tipo de suelo que tengáis.

2. Riego: ni por exceso ni por defecto

Una de las claves para tener un buen césped en Valencia es regar de forma eficiente. Aquí no se trata de echar mucha agua, sino de hacerlo bien.

Lo ideal es regar en profundidad pero con menos frecuencia, para que las raíces crezcan hacia abajo y el césped sea más resistente a la sequía. Yo suelo programar el riego automático entre las 6 y las 8 de la mañana, cuando hace menos calor y no se evapora tanto.

En verano, lo normal es regar 3 o 4 veces por semana. En primavera y otoño, con 2 o 3 bastará. En invierno, salvo que haga mucho viento y se seque la tierra, a veces no hace falta regar nada.

Si no tenéis riego automático, merece la pena instalarlo. A la larga se nota en el césped y en el ahorro de agua.

3. Siega: regular y con cuchillas afiladas

Otra parte importante del mantenimiento es cortar el césped con regularidad. En la temporada de crecimiento (de marzo a octubre), yo recomiendo segar cada semana o cada 10 días como mucho. En invierno podéis espaciarlo más, una vez al mes es suficiente.

No cortéis nunca más de un tercio de la altura de golpe. Si el césped está muy alto, hacedlo en dos pasadas. Esto evita estresar la planta. Y siempre, siempre con las cuchillas afiladas. Si están desafiladas, desgarran la hoja en vez de cortarla y el césped se pone marrón en las puntas.

4. Abonado: darle alimento en el momento justo

El césped, como cualquier planta, necesita alimento para estar sano. Aquí en Valencia, con los suelos calizos y el riego frecuente, los nutrientes se pierden con facilidad.

Yo aplico fertilizante tres veces al año:

  • Primavera (marzo-abril): para ayudar al césped a salir del letargo invernal.
  • Verano (junio-julio): con un abono rico en potasio para reforzar frente al calor.
  • Otoño (septiembre-octubre): para preparar el césped para el invierno.

Uso abonos de liberación lenta, que no queman el césped y van alimentando poco a poco. Si queréis algo más ecológico, se puede aplicar compost o humus de lombriz, aunque el efecto es más lento.

5. Escarificar y airear: dejar que respire

En Valencia, donde el suelo se compacta rápido por el calor y el uso, el césped agradece que lo aireen una o dos veces al año.

La escarificación elimina la capa de fieltro (raíces y restos secos) que se acumula sobre el suelo y dificulta la absorción del agua y nutrientes. Se hace con una máquina que raspa la superficie. Es un trabajo sucio pero muy eficaz.

Después, airear con un rulo de púas o un escarificador de púas ayuda a que las raíces respiren y el agua penetre mejor. Ideal hacerlo en primavera o a principios de otoño.

6. Control de malas hierbas y plagas

En jardines de Valencia es bastante común que aparezcan malas hierbas como la verdolaga o el diente de león. Lo mejor es prevenir: segar bien, abonar y regar correctamente. Un césped sano no deja hueco para que entren otras especies.

Si ya han salido, se pueden aplicar herbicidas selectivos, pero con cuidado y siempre en días sin viento. Yo prefiero el método manual siempre que se pueda, sobre todo en jardines con niños o mascotas.

En cuanto a plagas, atentos al gusano blanco (larva del escarabajo), que ataca las raíces. Si veis zonas amarillas que se desprenden fácilmente, puede que sea eso. Hay tratamientos específicos y cuanto antes se actúe, mejor.

7. Reposición de calvas

Si hay zonas donde el césped se ha secado o ha muerto, se puede resembrar o poner tepes (césped en rollos). Lo mejor es hacerlo en primavera o principios de otoño, cuando las temperaturas son suaves y hay más humedad. Antes de sembrar, hay que airear y añadir sustrato rico en materia orgánica.


Si queréis que os eche una mano con el mantenimiento, instalación de riego o la puesta a punto del césped, podéis contar conmigo. Llevo más de 15 años trabajando en jardines de Valencia y sé cómo tratar cada tipo de terreno y orientación. ¿Tenéis alguna duda concreta sobre vuestro jardín?